La pasta es sinónimo de familia, reunión y aroma. Natalia Arduini se crió en ese ambiente y decidió incursionar en el arte comestible. En plena pandemia empezó a cumplir con pedidos y después del mundial explotó con las formas de los campeones del mundo. Acá, su historia.
“Empecé haciendo pastas por hobbie. Primero arranqué para vender entre familiares y después me empezaron a pedir. Una chica me encomendó que haga cosas con los colores de Colombia y fue el puntapié”, empezó Natalia.
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En el ránking, pican en punta los modelos alusivos al fútbol: “Me piden de todo, ravioles de Boca, de River, con la cara de Messi, etc”, comentó. Y agregó: “En el Mundial me pedían todos los días a Leo. Aparte, en general no para de generar cosas, por ejemplo, desde que se fue a Miami los pedidos no bajan. Estoy muy agradecida a él”.
En su técnica, mantiene los tintes originales: “Logramos los colores con productos naturales y no se destiñen en el agua”. Natalia también contó que “Se usan mucho para regalar y para eventos. Es más, mucha gente me dice que les da lástima comerlos, je”.
Y entre lo más llamativo que le encargaron, rememora: “Una chica me pidió para regalar una pastas para pedir casamiento. Pero hubo un blooper: nunca me preguntó los rellenos y por la página había pedido de bondiola. Resulta que la novia era vegetariana. Me quería matar. Igual la propuesta salió bien y triunfó el amor”.
Sus cajas tienen un valor de $ 3.000 a $ 15.000, dependiendo de los tamaños y cantidades. Sus productos están disponibles en su cuenta de Instagram @nati.arduini.