Algunos rasgos de su historia se asemejan a la de Cenicienta. De trabajar de camarera y conocer a su “príncipe azul” Cristiano Ronaldo, Georgina Rodríguez se ha convertido hoy en una de las mujeres más influyentes del globo. Hace 6 años atrás ni se hubiera imaginado que su historia cambiaría. En la actualidad, la modelo exhibe su figura escultural en alfombras rojas, con el vestuario de los mejores diseñadores del mundo, es madre, es influencer (en Instagram tiene más de 37 millones de seguidores), es empresaria, y como dato color (verde, en este caso) por la crianza de sus hijos su esposo le paga mensualmente 100 mil dólares que suman a su gran cuenta bancaria. Además de ello este año 2023 ya grabó la segunda entrega de su bioserie en Netflix “Soy Georgina”.
A través de las pantallas Gio, como la llaman sus amigos más cercanos, se muestra rodeada de lujos, le encanta coleccionar carteras, exhibir joyas, perfumes, zapatos y vestuario de élite. Lo interesante de la joven nacida en Buenos Aires, es que demostró ser una mujer ambiciosa, construyendo silenciosamente, un imperio al lado de una estrella de fútbol, quien al tener más de 420 millones de seguidores, representan hoy el dúo más influyente a nivel mundial. De igual modo, quienes tenemos algo de envidia, sabemos que no hubiera logrado nada de esto, sino lo hubiera conocido a él.
En la vida, no todo es color de rosas y en la de Georgina tampoco. Antes de estrenar la primera entrega de su bio en Netflix, la modelo contó sobre algunos hechos de su infancia junto a su familia, lo que molestó a muchos de ellos, como su tío Jesús Hernández quien dijo a la prensa, “Cristiano Ronaldo tiene a la mujer más malvada a su lado”, además de informar que Georgina vivió en su casa cuando era adolescente. Su tía política Lidia dijo que “nunca nos avisó de la muerte de su padre. No debía haber hecho eso”. Para rematar las críticas, Patricia, su media hermana, reveló que le pidió un autógrafo de Cristiano Ronaldo para su hijo y que ella se negó. Por ese motivo Georgina concede pocas o casi ninguna entrevista a los medios. “Prefiero no hablar de mi familia”, repite cada vez que se le pregunta.
Sus orígenes
Georgina Rodríguez Hernández nació el 27 de enero de 1993 en Buenos Aires (Argentina), pero vivió toda su vida en el norte de España, en Jaca (Huesca). Su padre es argentino, de nombre Jorge Rodríguez, ex jugador de fútbol y su madre, española, de nombre Ana María Hernández. Tiene una hermana que se llama Ivana Rodríguez y una media hermana por parte de padre, Patricia Estela.
La joven nació en Buenos Aires, pero cuando tenía un año regresó con su familia a España para vivir en Jaca. A los 17 años comenzó a trabajar como camarera en su pueblo, necesitaba dinero para llegar a Madrid y cumplir con sus aspiraciones que eran grandes: “Soñaba trabajar en el lujo”. A los 19 llegó a Madrid y trabajó en una tienda de ropa en San Sebastián de los Reyes, pero quería hablar inglés, por lo que decidió viajar a Inglaterra contratada por una familia y cuando regresó a la capital española fue convocada por Gucci. Dueña de una figura escultural y en el lugar que le encantaba, Georgina se destacaba por ser una vendedora con un gran carisma. En las entrevistas afirma que “Me hubiera gustado ser directora de alguna boutique, montar una empresa con mi hermana… porque yo, de cara al público, vendía mucho, pero quería vender para mí, ganar para mí, no para otros”. Con el tiempo lo logró.
“Amor a primera vista”
Georgina trabajó en Gucci durante dos años y fue allí donde conoció a Cristiano Ronaldo. Por ese entonces el futbolista jugaba en el Real Madrid. Según sus propias palabras, ella apenas lo vio se sintió absolutamente atraída por él. “Me llamó la atención la altura, el cuerpo y la belleza. Estaba temblando frente a él, pero se encendió una chispa. Soy muy tímida y me agité frente a una persona que, con una sola mirada, me tocó profundamente. Fue amor a primera vista para ambos”, dijo siempre a las revistas.
El 23 de noviembre de 2016 la famosa revista Hola publicó la primera foto de Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo caminando por París. El amor se afianzó rápidamente y al año nació su primera hija Alana Martina. Para ese entonces Georgina compartió la primera imagen pública de la familia completa acompañada de una frase para Cristiano: “Crear contigo el amor y hacer contigo la vida”.
A partir de allí la modelo perfeccionó su trabajo como empresaria e influencer y fue tapa de revistas como Vogue, Vanity Fair y Women’s Health. Además, es una participante activa de los eventos sociales más relevantes y glamorosos de España, París y el mundo.
El 2022 fue el año de mayor popularidad de Georgina porque lanzó la primera temporada de su bioserie de Netflix, pero como en la vida diaria hay una de cal y otra de arena, el 18 de abril de ese año, la pareja publicó que de los dos hijos que esperaban, solo sobrevivió la niña llamada Bella Esmeralda. Escribieron en sus redes: “Con nuestra más profunda tristeza tenemos que anunciar el fallecimiento de nuestro hijo. Es el dolor más grande que puede sentir cualquier padre. El nacimiento de nuestra hija nos da la fuerza para vivir este momento con algo de esperanza”.
El precio de la fama
Este año la influencer acaba de grabar la segunda temporada de su documental, luego del éxito de la primera. Sobre ello, afirma que “La fama me ha privado de la libertad que con el anonimato tenía, pero también me ha dado cosas que nunca hubiera podido conseguir sin ella… alfombras internacionales, portadas de revista, campañas… Es un sueño hecho realidad. Pero la vida me ha enseñado a adaptarme a cada momento y a cada situación y a no olvidar de dónde vengo ni a dónde voy”.
Según publican algunas revistas internacionales, detrás de esa imagen que sólo ostenta riqueza y glamour, hay una mujer solidaria, que fue reconocida por referentes de fundaciones y hasta por la Reina Sofía de Grecia.
Desde hace más de seis años que Georgina está disfrutando de la fama y reconoce que “Mi relación con Cristiano ha permitido que cumpla muchos de mis sueños, pero siempre, tanto antes como después de conocerle, he puesto la misma pasión en todo lo que he hecho. Siendo limpiadora, modelo, dependienta…”.
Georgina a toda costa quiere que la reconozcan por lo que hace y no por ser “la novia de”, pero la pregunta, de quienes son amantes de analizar las vidas ajenas, es ¿hubiera tenido su nombre e imagen impacto en el mundo, si no lo cruzaba a Cristiano Ronaldo?. Saquen sus propias conclusiones.
Aunque se detengan a responder la pregunta, todos sabemos que Georgina seguirá incrementando su cuenta bancaria y disfrutando de todos los lujos que quiera. Lo que sí demuestra la historia de Georgina Rodríguez es que, si uno tiene sueños y los persigue, muchas veces, se cumplen…