Hizo historia en el salto en alto y ahora quiere ser un ejemplo de belleza real

Betsabé Paez fue campeona argentina, sudamericana y participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud, Hoy, ya retirada por las lesiones, desea dejar un legado: "Quiero ser un canal entre las personas y sus sueños".

Por ADN+

Jul 26, 2023

Su historia es parecida a la de muchos deportistas en la Argentina. Tuvo su época de gloria, los medios le hacían entrevistas, sus coterráneos la saludaban por la calle y sus sueños parecían cumplirse todo el tiempo. Hasta que llega el momento de dejar la actividad. En su caso fue por las lesiones. Otras veces es por la edad, por la falta de recursos o por otros motivos. Y cuando llega ese momento es que uno se siente en soledad, los flashes desaparecen, el teléfono deja de sonar, la tristeza asoma fuerte y por la cabeza empiezan a pasar las ideas más crueles. En esos días estaba Betsabé Paez cuando se enteró a través de las redes del concurso de belleza real de la marca de tinturas 317. Y ahí vio la oportunidad de contar nuevamente quién era y de cumplir el otro sueño que siempre la acompañó: el de ser modelo e imagen de una marca.

Betsabé nació en Crespo, Entre Ríos, e integró la selección argentina de atletismo desde los 11 años. Se destacó en salto en alto ganando titulos nacionales y sudamericanos, y participó de los Juegos Olímpicos para la Juventud en 2018. Las medallas y los viajes por el mundo son la parte linda de esa carrera deportiva que también fue atravesada por una serie de lesiones que la llevó a realizarse varias operaciones y finalmente al retiro. Lo que nunca dejó es de preocuparse por ayudar a los demás como muchas veces sintió que no lo hicieron con ella. Y para eso quiere la trascendencia y el premio que le puede dar el concurso.

“A todos nos ha tocado atravesar obstáculos a lo largo del camino y creo que más de una vez hemos usado la resiliencia, perseverancia o fortaleza. Mi historia tiene que ver con una niña muy pequeña que no le encontraba mucho sentido a la vida, que se sentía desplazada y deseaba no estar más en este mundo. Hasta que un día vi los Juegos Olímpicos por televisión y decidí perseguir ese sueño. Parecía utópico por el contexto pero realmente comprendí que cuando uno sueña y desea con todo su alma hace que las oportunidades aparezcan. Fue así que un día llegó una nueva profesora de educación física a la escuela y me invitó a hacer atletismo. Ahí comenzó el recorrido y al poco tiempo integraba la selección nacional en salto en alto”, relata Betsabé con gran entusiasmo.

Los contratiempos que no lograron frenarla

La deportista, que hoy tiene 29 años y formó una familia, cuenta que en el camino sufrió humillaciones por su altura y su peso. Pese a eso habìa tenido una primera etapa en la que logró cumplir todas sus metas hasta que una lesión en la columna la detuvo. Tuvo fractura de vértebras lumbares. Y si bien los médicos le dijeron que su carrera había terminado para siempre, sufrió depresión y aumentó 15 kilos, ella no se resignó. Y después de tres años en los que había comenzado a tomar alcohol y a fumar para ahogar las penas, decidió que era tiempo de revancha. Una serie de llamadas teléfonicas diciéndole que Gonzalo Bonadeo había hablado de ella en TyC Sports le hicieron recordar quién era. Ahí mismo se propuso volver a entrenar.

«Fui a buscar a mi entrenador de toda la vida y le dije que queria volver y me contestó ‘Betsa, mirá cómo estás.. ¿Tomaste la pastilla hoy?'». Me dolió el corazón pero me propuse seguir yendo. El me ignoraba completamente. Hasta que a los 20 días de verme ahí durante horas me comentó de una competencia. Sin dudarlo le dije que iría. Estaba en un estado nefasto pero seguí entrenando. Era un campeonato nacional y, para sorpresa de todos , gané y logré una marca para competir en los Juegos Sudamericanos. Sin embargo no me llevaron porque dijeron que no estaba bien física ni emocionalmente».

La superación

La jovencita de Crespo podìa haberse derrumbado de nuevo después de eso. Aunque otra vez decidió que ése no sería el final de su carrera: «A los tres meses fui medalla de plata en el campeonato iberoamericano y campeona sudamericana. Son los torneos más importantes que hay a nivel internacional. Y continué en el seleccionado por dos años. Hasta que otra vez empezaron las lesiones. Una enfermedad extraña me producía tumores y microfracturas. Otra vez los médicos me dieron el parte del final de mi carrera, pero esta vez fortalecida y con más conocimientos afronté un proceso de un año en el que solamente entrenaba mi mente con visualizaciones de entrenamientos ya que no podía caminar más de 300 metros por dia. Nuevamente me volvi a presentar en un certamen competitivo y logré el primer lugar. Más allá de las medallas y los logros lo que quiero transmitir con estos relatos es la fuerza que tiene el amor por lo que uno hace. Se pueden superar todos los obstáculos con ese amor”.

Betsabé dice que el mundo necesita contar más historias de fracasos. Porque las derrotas son habituales en todas las personas y cree que nadie te prepara para eso. “La resiliencia, convertir lo negativo en positivo, la amistad y la solidaridad son los valores que realmente marcaron mi historia y hoy me llevo para la vida fuera del deporte. Porque hoy hay un un mundo tan elitista donde solo se busca crear ganadores y no se nos enseña a perder. Tenemos que contar más historias en la que prevalezcan las derrotas porque los titulos y las medallas duran un instante, pero los valores y las personas que dejaron huellas en tu corazón son para toda la vida«, explica quien hoy atraviesa el duelo de su carrera deportiva. Cuenta que sintiò un vacìo ireemplazable y que busca nuevos horizontes. Y cuando se enteró de que se estaba buscando un modelo de belleza real pènsó que era buena idea apuntar ahí.

Se lanza un concurso de belleza real para todas las mujeres

El precio de ser un deportista amateur

«El precio que elegimos pagar los apasionados de algún deporte amateur es muy alto. Por lo menos a mì me costó y me cuesta mucha salud, física y emocional. Lejos de victimizarme por eso, porque fueron siempre mis propias elecciones, me gustaría compartirles lo que es el día a día de un atleta a aquellos que por ahí no conocen tanto. Porque muchas veces se pondera el logro, la medalla, la clasificación a tal o cual evento internacional, pero muchos de esos laureles se secan rápido. No saben lo que es la lucha del día a día para un deportista amateur. Es sentir la soga en el cuello, que si no gano una medalla me quitan el apoyo, que si no llego con la guita para los viajes a las competencias, que si me enfermo o me lesiono tengo un determinado tiempo de aguante y sino chau. Realmente somos unos locos. Digo así porque hacemos locuras con tal de mantenernos vigentes en lo que amamos, es el puro amor a la camiseta, a la nación».

Como ejemplo de esa locura, Betsabé cuenta que en su última competencia saltó con el ligamento y el tobillo roto. Y el precio de eso serían cinco cirugías en siete meses ( 2 de tobillo y 3 de rodilla). «Yo soy más resiliente que el Ave Fénix pero nunca habrìa salido adelante sin las personas que me acompañaron: Incluso gente que no me conocìa y me apoyaba. Valoremos lo colectivo. Ayudemos y dejémonos ayudar. La vida es una cadena de favores. Hoy por mí, mañana por tí», dice con emoción. Betsabé hoy también disfruta de la compañía de Federica, su primera hija.

El legado que quiere dejar

«Quiero dejar un legado que impacte positivamente en todos los seres humanos, deseo poder ser un canal entre las personas y sus mayores sueños, colaborar con ellos y que entre todos encontremos la felicidad, la unión, el amor y la paz. Yo sufrí mucho. Lesiones, bullying, comentarios despectivos, injusticias. Y lo que quiero decirles a todos es que nunca se falten el respeto a ustedes mismos bajando los brazos ante sus sueños… La perserverancia tiene que ser tu mejor amiga. Hay que caerse, levantarse, aprender y ser mejor que antes…. Si sos feliz durante el proceso, los logros vienen a vos. Y nunca dejar de agradecer. Los logros son nuestros y de los que tenemos al lado», asegura.

Su amigo Braian

Betsabé lleva un tatuaje en homenaje a Braian Toledo, el atleta de Marcos Paz que se destacó en lanzamiento de jabalina y murió trágicamente en 2020. Toledo compió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los de Río de Janeiro 2016 y se estaba preparando para los de Tokio 2020 cuando se accidentó mientras conducía una moto en su ciudad.
«Era mi gran amigo y hermano. Sufrí su muerte física, pero celebro lo nuevo que nació a partir de ello, porque nació amor infinito en las personas que lo conocimos y en personas que no lo conocian tambien. Trascendió con su mensaje de perseverancia y resiliencia motivando a miles de niños y jovenes. Se crearon instituciones en su honor para sumar un granito de arena con quienes más lo necesitaban, y se lo sigue recordando como el primer día», escribió Betsabé en sus redes en uno de los aniversarios.

Noticias relacionadas

Seguí leyendo: