La murga Agarrate Catalina, uno de los nombres centrales del histórico y consolidado carnaval uruguayo, cruza el charco y viene a Buenos Aires para festejar con orientales y argentinos sus 22 años de trayectoria con un show que se desarrollará el viernes 8 de septiembre a las 21 en el estadio Luna Park.
Se trata de un espectáculo de retrospectiva en el que la murga nacida en el barrio montevideano de El Cerro con el despertar del siglo XXI, y que se transformó en la más popular, convocante y premiada de los últimos años, repasa las mejores cosas que ha hecho.
«Siempre es muy emotivo y te pone frente a tu recorrido hecho hasta acá hacer un repaso por tu trayectoria», destacó en charla con Télam Yamandú Cardozo, inspirador, director responsable y letrista de este particular combo cooperativo murguero llamado por ellos mismos y conocido por sus seguidores como La Catalina.
Mientras tanto llega para la murga el momento de comenzar a preparar el próximo espectáculo carnavalero que la llevará por el Teatro de Verano, donde se desarrolla el concurso, y las decenas de tablados que se levantan noche a noche en Montevideo y para dos conciertos junto a León Gieco que tendrán lugar el 24 y 25 de noviembre próximos, también en el histórico Solís.
«Nosotros nacimos en El Cerro porque yo vivía ahí y teníamos acceso a una escuelita donde laburaba mi vieja para ensayar y probar cosas. Nacimos marcados por las murgas de La Teja, que fueron la resistencia cultural del carnaval y las que se plantaron decididamente frente a la dictadura, de hecho tenemos una ‘retirada’ (canción de despedida) dedicada a esa manera de construir murga propia de fines de los 70 y comienzos de los 80«, señala Yamandú para pintar las coordenadas a través de las cuales se gestó el ideario e imaginario de esta murga.
Si bien aclara que en la histórica diferencia de estilos y modos murgueros que se desarrollaron en Montevideo tanto las murgas de La Teja como las de la Unión fueron ambas constestarias en tiempos de la dictadura. «Ya el hecho de poder reunirse a cantar cosas con denuncias contrabandeadas que esquivaban la censura era un canto de esperanza, aun cuando, algunas, como las de La Teja, lo hacían mas explícito», explica.
«Con la Catalina hacemos la murga que nos gustaría escuchar, tenemos influencia de todas las murgas y de murgas que hicieron también el cruce entre La Teja y La Unión, vertientes a las que se les fue agregando lo que le pasó a cada integrante y los que pasó en el mundo», destaca Yamandú. Y agrega: «Las sonoridades de cada murga están tambien marcadas por su época, las del 20, 30, 40 son recontra-tangueras, y después podemos rastrear en las murgas también la llegada de la canción internacional al Uruguay, todo eso influye y también el desarrollo del cine, y la particular cuestión que se suma al escenario y la estética de las murgas cuando la gente de teatro se incorpora».