Milagro entre las llamas en el desastre en Alto Río Percy

Una casa quedó sorpresivamente intacta de los incendios en el Parque Nacional Los Alerces. La vivienda "Monte Lontano" fue la única que quedó en pie, Una historia tan misteriosa como mágica.

Por Federico del Río

Feb 10, 2024

Gisela Finocchiaro y Lorena Domínguez habían dejado su casa ubicada en los cumbres de Alto Río Percy con la desesperación y triste certeza de las llamas que avanzaban sin piedad en esa zona cercana al Parque Nacional Los Alerces, desde el domingo 4 de febrero, arrasarían con su vivienda. No tenían consuelo estas amigas de 38 y 34 años cuando los bomberos y los hombres de Gendarmería que trabajaban en el lugar las obligaron a irse en forma «urgente» para salvar sus vidas. Sin embargo, se produjo un milagro que todavía no tiene explicación: la casa «Monte Lontano», como dice el cartel de bienvenida en homenaje a los abuelos sicilianos de Gisela quedó intacta y fue la única que «sobrevivió» a ese infierno.

Loreno y Gisela se llevaron la heladera, unas baterías de litio de la energía solar, dos garrafas para que no explotaran con el calor y varias fotos que estaban pegadas a las paredes mientras lloraban juntas por lo que estaba sucediendo. A las 7 AM del lunes 5 de febrero, Gisela actualizó la web del FIRMS, un sistema abierto de monitoreo satelital de la NASA sobre incendios forestales, confirmó que el fuego ya había atravesado la zona de la casa que habían terminado de construir en 2019 en ese paisaje natural maravilloso.

Las amigas estaban en shock, devastadas y resignadas cuando Gisela recibió un mensaje en su celular. «Tu casa zafó», decía la frase de un funcionario municipal de Esquel, con un video adjunto en el que se veía a la casita blanca intacta en medio de las cenizas y árbales y viviendas carbonizadas en cientos de hectáreas.

Invadidas por la emoción y la incredulidad, Lorena y Gisella partieron de inmedito rumbo a «Monte Lontano», que queda a 40 minutos de Esquel. Había bomberos, brigadistas y policías por todos lados, yendo y viniendo en ese camino de piedras (aún estaba rodeado por llamas en las inmediaciones) para combatir un incendio de más casi 8.000 hectáreas. Al llegar a destino, no había quedado nada en pie. Solamente la casa, que ni siquiera tenía manchas de hollín.

El fuego estuvo tan cerca que quemó los árboles que daban sombra encima a la casa pero el único daño registrado en la propiedad fueron los vidrios de la casa, que explotaron. «Como es doble vidrio reventó solo el de afuera, se ve que por el calor. Si hubiera sido vidrio simple se prendían las cortinas y chau», le dijo a Infobae Gisela, profesora de educación física.

Sin explicación lógica de lo que sucedió

Se trató de un hecho mágico, milagroso. Finocchiaro se lo atribuye a la virgencita de Medjugorje, un regalo que le trajo de Bosnia-Herzegovina una amiga de la familia. «Es la que salvó las iglesias durante la guerra de los Balcanes, se la conoce como Reina de la Paz», explicó, además de agregar que Medjugorje signica «entre montañas». En tanto, su amigo Gisela, abogada, aseguró que «nos salvaron nuestros muertos», en referencia a su papá y a su abuela, quienes fallecieron hace menos de un año y su recuerdo estaba presente fícamente en el hogar con muebles y fotos de ambos.

La única explicación terrenal que posible que reviste este milagro es que horas antes de que el fuego llegara a la zona las mujeres habían limpiado las malezas del terreno con la ayuda de un baqueano vecino. «Ha habido una energía avasallante acá. Los brigadistas que llegaron el lunes y vieron cómo se salvó la casa se pusieron a llorar”, se emocionó Lorena, otra vez, mientras que Gisela ya proyecta la recuperación del paraíso que el fuego se llevó: «Vamos a reforestar y a sentarnos a disfrutar de ver cómo rebrota todo, aunque tarde décadas, aunque dure 100 años, aquí vamos a estar”.

Fotos: Franco Fafasuli

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