Hay momentos que marcan la vida de las personas. Pedro tuvo el suyo cuando cayó a una moladora y perdió una de sus piernas en su lugar de trabajo. El accidente hizo un click en su vida y pese a las dificultades, salió a flote: creó su propia empresa de reciclaje en Berrotarán, una localidad de Río Cuarto, en Córdoba.
Luego del hecho desgraciado, el hombre tuvo su primer hijo y a los años la familia se agrandó con seis chicos más. Empezó a juntar cartón, plástico, y chatarra con su carrito por todo el barrio. Así se hizo el día durante un largo tiempo.
Hasta que un día se enteró que una empresa vendía las máquinas y decidió llevar la empresa a otro nivel. Su familia le dio una gran ayuda y de esa manera arrancó con su propia empresa de reciclado. En su propio galpón, Pedro reúne todo lo que junta en el pueblo. En total, hay 56 canastos distribuidos por todas las calles.
“A mí me gusta lo que hago. Mi señora y yo estamos jubilados y mis hijos me dicen que deje el trabajo, que con 67 años, una sola pierna y la muleta no puedo seguir. Pero gracias a Dios ando demasiado bien, así que ya les dije que hasta que pueda voy a seguir”, comentó orgulloso.
Y mientras recalca la solidaridad de todos sus vecinos, amigos y familiares, deja un mensaje alentador: “Trabajo como cualquier persona normal, me he dado maña. Muchas veces me tocó aconsejar a chicos y a agrandes y siempre les digo que tiren para adelante, que se animen, que tengan confianza y no abandonen”.