La artista nació en Tres de Febrero 547, Villa Sarmiento. Ahí se empezaron a tejer sus primeras historias y acordes. Tras estar deshabitada durante varios años, se reconstruyó la vivienda y ahora luce abierta para los más chicos y el público en general.
En la inauguración participaron varios dirigentes políticos y numerosos artistas, como Teresa Parodi y León Gieco.
En todos los sectores de la casa se recuerdan todas las creaciones. Por ejemplo, sobre la bañera se rememora la primera vez que se tarareó “Manuelita”. “Mientras me bañaba comencé a pensar la canción”, dice la frase que acompaña a la silueta del animal más famoso de Pehuajó.
La línea del tiempo está acompañada por objetos representativos de la infancia de la artista. Hay un reloj, un xilofón, una campana, un ábaco y hasta una ruleta; todos elementos con los que las personas pueden interactuar y que anticipa, de alguna forma, la cualidad lúdica de la propuesta del museo.
La casa original fue comprada por el papá de Walsh al Ferrocarril de Buenos Aires en 1923. Casi 100 años después, Cultura de la Nación y el Municipio de Morón se adjudicaron la vivienda y sus reconstrucción y el nuevo desarrollo costó $ 151.191.625.
Walsh recordaba su casa como «muy grande, con jardín, patios, árboles frutales, gallinero, perro, gato, canarios, tortuga, bicicletas, libros y pianos», según escribió en el «Cuento de la Autora». «¿Qué más se puede pedir?».
Entre los sectores más destacados del circuito se encuentran la biblioteca, un tren eléctrico que recuerda el oficio del padre y la mesa, el punto de reunión de toda la familia.