Un día en medio del mejor partido del mundo

ADN+ vivió desde adentro el 3-3 entre Real Madrid y Manchester City por la Champions League. Acompañanos a revivir un choque de lujo y todo el ambiente que lo rodea.

Por Federico del Río

Abr 10, 2024

Madrid se transformó esta semana prácticamente en una sede de la Champions League, primero con el choque entre Real Madrid y Manchester City, mientras en la noche de este miércoles será el turno de Atlético de Madrid y Borussia Dortmund en el estadio Metropollitano. Como es costumbre en esta competencia, el día previo a los encuentros los equipos abren sus puertas los primeros 15 minutos de entrenamiento y luego ofrecen una conferencia de prensa del entrenador y alguna de sus figuras.

Así fue como ADN+ llegó el lunes pasado hasta la Ciudad Deportiva de Valdebebas, donde el Real Madrid tiene su base. Un lugar impresionante por donde se lo mire, lleno de cualidades para destacar, desde sus canchas, sus instalaciones y los servicios que ofrece tanto para los jugadores como para los medios. Después, uno piensa que está en la casa del mejor club del mundo y ahí, entonces, te das cuenta que estás en un lugar privilegiado, donde todo está justamente a la altura del mejor club del mundo.

Pero lo mejor, sin dudas, es llegar al Bernabéu para presenciar seguramente el mejor partido que se pueda dar en la actualidad entre el Real Madrid de Carlo Ancelotti y el Manchester City de Pep Guardiola. La previa en los alrededores ya genera placer porque se convive con total normalidad. Los hinchas del Real Madrid generan una marea humana blanca esperando al micro que traslada a sus jugadores, pero en el medio pasan ingleses con la camiseta celeste del City, mostrando también bufandas de su equipo, y nadie los agrede, nadie los insulta, simplemente los ven pasar y siguen en su mundo. También alrededor del estadio se venden miles de latas de cerveza, se puede caminar hasta la boca de entrada sin que haya ningún cacheo policial ni ningún tipo de filtro. Todos llegan hasta ese lugar con su entrada, pero sin necesidad de mostrarla hasta cruzar el molinete que los espera en la puerta de ingreso.

Niños, familias y abuelos que vieron jugar a Di Stéfano y caminando ayudados por sus bastones llegan al Bernabéu con mucha comodidad. No hay corridas, no hay apuros, no hay empujones, todo se da con una amabilidad y comodidad que sorprende.

Ya ubicado en una de las tribunas del Bernabéu, el ambiente impacta por la inmensidad de un estadio que luce como una olla a presión gracias a su nuevo techo totalmente cerrado. Miles de hinchas intentan empujar a su equipo, aunque con una idiosincrasia distinta a la que tenemos en el fútbol argentino. Apenas detrás de uno de los arcos están los más ruidosos, aunque tampoco gritan y cantan durante los 90 minutos como pasaría en el Monumental o en la Bombonera en un partido clave por la Copa Libertadores.

Después sí llegan esos 90 minutos de los que ya todos saben el resultado final: un 3 a 3 espectacular, lleno de emociones, con golazos espectaculares, pero sobre todo con el disfrute que significa ver tantos jugadores y de tanta calidad en un campo de juego. Sorprende la velocidad y la precisión con que se mueven y con la que tratan a la pelota. Y con la que pelean cada jugada porque saben que, si bien están en los cuartos de final de la Champions League, bien podría ser esta una final anticipada como fue el año pasado cuando se cruzaron en semifinales.

En la temporada pasada también terminó empate el partido de día en el Bernabéu y después el City aplastó al Real Madrid en Inglaterra con un 4-0 eue fue la antesala para ganar la final y que Guardiola pudiese ser al fin campeón de la Champions League con el Manchester City. En una semana sabremos si podrá repetir semejante triunfo o si, como dijo el propio Pep en la conferencia de prensa del lunes, es imposible ganarle dos veces seguidas al Real Madrid…

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