Como si fuese una previa del Superclásico que vivirán River Plate y Boca Juniors por la tarde, Alexis Mac Allister y Enzo Fernández se enfrentaron este domingo en la final de la Carabao Cup de Inglaterra que se llevó a cabo en el estadio Wembley. Con ambos futbolistas como titulares, el Liverpool derrotó al Chelsea por 1-0 y se aseguró el primer título de la temporada.
El partido despertaba grandes sensaciones en la previa. Además de ser dos equipos con grandes entrenadores y extraordinarios jugadores, tenía el condimento especial de que contaba con la presencia de los mediocampistas campeones del mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022, quienes tenían la gran oportunidad de conseguir su primer trofeo en el fútbol inglés.
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Para fortuna de Lionel Scaloni, los dos tuvieron un rendimiento a la altura de las circunstancias. Por un lado, el ex volante de Argentinos Juniors y el Xeneize jugó un poco más adelantado de lo que generalmente lo suele hacer, fue importante para manejar la pelota en la mitad de la cancha, registró el 86% de los pases perdidos y ganó un total de diez duelos en el campo.
Por el otro, el ex jugador del Millonario y Benfica fue mejorando con el correr de los minutos hasta convertirse en una pieza fundamental para recuperar la pelota, contraatacar y habilitar a sus compañeros en un momento complicado del encuentro.
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— Liverpool FC (@LFC) February 25, 2024
En cuanto al duelo, el conjunto que dirige Jürgen Klopp se mostró superior en el primer tiempo teniendo mayor posesión de balón y generando más situaciones de gol. Sin embargo, el equipo de Mauricio Pochettino emparejó el rendimiento en el complemento y estuvo muy cerca de ganarlo en los últimos minutos.
Con un 0-0 en el marcador, que pudo haber sido victoria del Liverpool si cobraban el gol que marcó Virgil van Dijk, la final se definió en el alargue. Cuando parecía que todo terminaría en una tanda de penales, el neerlandés volvió a aparecer a los 118 minutos para conectar con la cabeza un gran centro del griego Konstantinos Tsimikas y marcar el 1-0 que sentenció la historia de la primera gran final de la temporada británica.