En el presente, el servicio arqueológico de Eu, en Francia, está diagramando una operación de búsqueda en un sitio que se conoce como «Campamento de César en Bracquemont». En ese contexto, en las últimas horas se vivieron momentos emotivos.
Este lugar, situado al borde de un acantilado y rodeado por una enorme pendiente, es un recinto fortificado de la época de la Galia. Así las cosas, los arqueólogos en cuestión dieron con un elemento que no tenían en los planes.
Dicha investigación liderada por Guillaume Blondel, quien está trabajando junto a un equipo de voluntarios de dicho municipio francés, encontró una cápsula del tiempo de hace nada menos que 200 años, la cual estaba dirigida a ellos.
Se trata de una cápsula que data de 1825, es decir, de hace dos siglos. La misma fue enterrada con la misión de que sea hallada en circunstancias como estas. Por ende, la magia no demoró en invadir el lugar y también a los protagonistas.
«Era el tipo de frasco que las mujeres solían usar alrededor de sus cuellos y que contenía sales aromáticas», exteriorizó al respecto el líder del equipo de Blondel. Dentro de la botella había un mensaje en papel, enrollado y atado con una cuerda.
«P. J. Féret, natural de Dieppe, miembro de varias sociedades intelectuales, realizó excavaciones aquí en enero de 1825. Continúa sus investigaciones en esta vasta área conocida como el Cité de Limes o Campamento de César», indicaba el papel.
«A veces se ven estas cápsulas del tiempo que dejan los carpinteros cuando construyen casas. Pero es muy raro en arqueología. La mayoría de los arqueólogos prefieren pensar que no habrá nadie que los persiga porque ya han hecho todo el trabajo. Fue un momento absolutamente mágico», señalaron los arqueólogos.