De repente, pasando el pasillo de las galletitas, apareció una gigantografía. Al lado, un violinista le puso sonido a las compras de la semana. De esa manera, la Asociación de Amigos del Museo Nacional presentó una exhibición itinerante en la ciudad patagónica, tal como lo había hecho en Mendoza hace algunos meses.
«Nos gusta mucho esta idea de poder expandirnos con las obras, de acercarlas a un supermercado porque viene muchísima más gente que a un museo y eso genera una empatía que puede generar luego una visita al museo», dijo Andrés Gribnicow, miembro de la Asociación.
Y además, se refirió a abrir el espectro: “Hay que democratizar el patrimonio que es de todos los argentinos, que está en Buenos Aires pero es de todo el país, es una manera de hacer circular las obras a través del territorio argentino. Estamos en Corrientes, San Juan, Catamarca, Mendoza y en Córdoba”.
Al igual que en Mendoza, para esta nueva sede patagónica se eligieron obras representativas del arte argentino del siglo XIX y de la geografía de las distintas regiones del país. Cada una está acompañada por un código QR desarrollado por la Asociación Amigos del Bellas Artes que permite el acceso a información ampliada con datos técnicos y biográficos de sus creadores.
Hubo baile y talleres para chicos. Además, se presentaron varios óleos, como “Día de elecciones en el Norte”, obra de Alfredo Gutiérrez. “Los membrillos”, la pintura de Augusto Schiavoni, fue una de las más vistas en los negocios del Sur.