Yassine Bounou es conocido como Bono. Seguramente, algo habrán tenido que ver en su apodo los argentinos que lo rodearon. Es que el pareciera uno más, según cuenta, por su paso en el Atlético de Madrid ‘B’. El arquero de la Selección de Marruecos se contagió de varias costumbres y en pleno Mundial tuvo una camiseta del Burrito Ortega, su ídolo. Pero ojo, este idilio viene de hace rato…
“Soy hincha de River desde muy pequeño, desde que mi padre me regaló una camiseta de la Selección Argentina, fue mi primera casaca de fútbol y desde ese momento siempre me gustó el país. No pude conocer el Mundial, pero estuve en la final de Madrid en el Santiago Bernabeu. Le pedí entradas a Germán Burgos”, contó una de las figuras del Mundial, que nació en Canadá pero se fue a vivir de muy pequeño a la tierra de sus padres. Además, desde el primer momento avisó que le encantaría jugar en el Millonario.
Durante su estadía en Qatar, recibió una prenda autografiada por el jujeño, acompañada de un saludo por video. “Me emocioné. Hace rato que hablamos por las redes sociales. Es mi ídolo y mi perro se llama como él”, contó.
Bono habla un español perfecto. Así, cuenta sobre el gran presente del fútbol marroquí: “El cuarto puesto en el Mundial fue un hecho histórico, podemos repetir. En lo personal, la gente todavía me recuerda los dos penales que atajé contra España, siento una alegría enorme”.
Y si algo más le faltaba para sentirse un argento del todo al futbolista de 32 años era repartir flores para el Dibu Martínez. “Es un arquero grandísimo y fue decisivo en la copa. Es justo que el haya ganado el premio de la FIFA”.