Huanguelén fue testigo de la historia de amor de Alejandrina. De ahí se fue a los 18 años, viajó por Europa y Brasil y volvió. Se conoció con su pareja y decidió irse a vivir a Estados Unidos. Pero llevó a cabo una obra importantísima en el pueblo del sur de Buenos Aires: puso manos a la obra y convirtió la vieja estación, que luego fue la gomería de su papá, en un hostel.
El local funcionó desde la década del 40 del siglo pasado y tiene el estilo de las primeras estaciones que se construyeron durante el inicio del gobierno de Juan Domingo Perón. Luego de bajar las persianas, se convirtió en gomería. Ahí, Alejandrina pasó toda su infancia.
Pérez Bravo arregló el baño y refaccionó todos los rincones que tantos recuerdos le traía de chica. Integró la cocina con un living pequeño. Y agregó una escalera caracol para construir en el primer piso dos habitaciones y una pequeña terraza que tiene vista aérea de todo el pueblo.
La vieja estación, que luego funcionó como gomería.
“Bienvenidos a La Torre, esperamos que disfruten nuestra estadía con nosotros”. En el voucher de bienvenida, se incluyen dos tickets más de descuentos para futuras reservas.
La mujer comentó que “al pueblo al que apunto es al que necesita venir al pueblo por trabajo. Ya sean viajantes o de gestiones ligadas al campo. En el pueblo no hay hoteles y esta casa puede ser una buena opción”.
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Además, mantiene un trabajo que hace desde su casa de campo en Colorado, está a cargo de la balanza de camiones del pueblo. “Primero lo hacía presencial y tenía que ir cada vez que aparecía un camión. Cuando surgió la posibilidad de viajar, vi la opción de hacer el trabajo en forma remota. Ahora, mediante una app atiendo al chofer que llega y le doy su comprobante en forma electrónica”, resaltó Alejandrina, que si bien está lejos, acompaña sus actividades con emprendimientos en el lugar que la vio nacer.
