Miércoles 18 de diciembre por la noche con el Campo Argentino de Polo como testigo y como escenario. Allí tuvieron lugar momentos realmente emocionantes que contaron con el mismísimo Luis Miguel como protagonista excluyente.
Es que, en Buenos Aires, el legendario artista le puso punto final a su extensa y rotundamente exitosa gira mundial. Sí, lo hizo rodeado y cobijado por el cariño de la gente, con miles y miles de fanáticos que lo siguen a todos lados.
Luis Miguel había desembarcado en el territorio argentino el pasado sábado 14 de diciembre, acompañado por la empresaria española Paloma Cuevas. Posteriormente, la pareja compartió veladas en lugares icónicos como «Don Julio» y «Cabaña Las Lilas».
En medio de ese panorama, posteriormente y ya en acción, Luis Miguel volvió a tejer esa conexión única que tiene con el público y todavía más con el público argentino. Una conexión que ya lleva varias décadas y que se sigue potenciando.
Así fue como el mítico artista de 54 años de edad diagramó el final de su estruendosa gira. Una gira que hizo paradas en distintos rincones del planeta y que contó con llenos contundentes en todos y cada uno de los conciertos.
Más tarde, Luis Miguel partió rumbo al Aeropuerto de Ezeiza donde, en la terminal VIP, se subió a su avión privado con destino a España. Sin embargo, previamente, se tomó unos minutos para sus fanáticos, demostrando su grandeza.
¿Qué sucedió? El «Sol de México» se bajó del vehículo, caminó hacia las rejas y se despachó con sonrisas y saludos para todos los presentes. Al mismo tiempo, su pareja lo acompañó para ponerle punto final a una estadía memorable.