La espina que Juan Fuentes dejó clavada en Rosario

En la esquina de Sarmiento y Santa Fe (recientemente nombrada Serrat y Fontanarrosa) de la ciudad de Rosario, se erige una suntuosa edificación de principios del siglo XX. La llaman el Palacio Fuentes en honor a su creador, Juan Fuentes.

Por Rafaela Zacco Stival

Ago 2, 2023

Juan Fuentes fue un inmigrante español que nació en Caldas de Reyes en 1852, pero a sus 14 ó 15 años llegó a Argentina en busca de un futuro mejor. Primero pasó por Buenos Aires y Paraná antes de asentarse en Rosario. Fue en esta ciudad que se desarrolló como empleado y cochero hasta que, gracias a los ahorros del alquiler de un coche, logró independizarse e invertir en ovejas (para 1874 contaba con 2000). Se casó con Josefa Manso y se hizo de un fuerte emporio agrícola ganadero que, al enviudar, agigantó con más hectáreas de campo cercanas a lo que luego sería el pueblo Fuentes. El burgués made in Rosario se volvió a casar, esta vez con María Alesi viuda de Raveglia y tuvieron cuatro hijos. Ya a una avanzada edad, como agradecimiento a la ciudad a la que le debía su fortuna, hizo construir el Palacio porque, como él mismo señalaba, donde se come el pescado se deben dejar las espinas.

El Palacio

Fue construido entre 1923 y 1927. Se coronó como el primer edificio con estructura de hormigón de la ciudad. Con la intención de otorgarles diferentes lugares a la familia, el trabajo, los negocios y el ocio, se marcaron bien espacios como la cima, el centro, la planta baja y el subsuelo, respectivamente. El arquitecto fue Juan Bautista Durand, quien trabajó con diferentes colegas como Coni Molina, Gerbino, Schwarz, Ocampo y Maisonnave. Participó de los proyectos para el edificio de la Federación Agraria (hoy Plataforma Lavardén), Palacio Minetti, la sede del Club Rosarino de Pelota, entre otros. En lo más alto del edificio se encuentran el reloj de cuatro cuadrantes, un faro y la veleta con el arado (debía verse desde sus tierras a 65 km de Rosario). La puerta principal de Sarmiento 702, diseñada por Manuel Ocampo, contiene los bustos de Juan Fuentes y Juan Bautista Durand.

El bar que se ubicaba en el subsuelo era llamado ‘El Cifré’ (originalmente “Bar Victoria” o “Victoria Tea Room”) gracias al apellido de su dueño, Ramón, inmigrante catalán. Era el lugar elegido por las clases dominantes de la época para celebraciones ya que contaba con dos salones para fiestas y familias con inigualable mobiliario, decoración y servicio. A pesar de los bailes tan esplendorosos que se realizaban, cerró sus puertas en 1959 y se anexó al local del banco, en planta baja. Su equipamiento tan distintivo fue dispersado por la ciudad y el exterior. Luego del Citibank (que funcionó desde la inauguración del edificio hasta 1997), el abandono se apoderó del lugar. El subsuelo sufrió la pérdida de partes estructurales de sus techos y paredes.

¿Y ahora qué?

Actualmente, allí se ubica el primer Museo Internacional para la Democracia privado. En 2001 Guillermo Whpei (presidente de Fundación para la Democracia y presidente de Fundación Estudios Litoral Argentino) compró la planta baja y el subsuelo del Palacio Fuentes. Poco a poco, fueron restauradas y adaptadas las diferentes áreas para su posterior inauguración en abril de 2019. Cuenta con cuatro salas sobre: derechos humanos, migraciones, esclavitud y dictaduras. A pesar de ser un museo privado, es gratuito y abierto a todo público. Se puede visitar de martes a viernes de 10 a 17 y sábados de 11 a 15.

Noticias relacionadas

Seguí leyendo: