«Nos llena de felicidad ayudar a la gente aunque sea con un abrazo o una sonrisa»

Marisa Andino tuvo una charla muy emotiva con Hernán "El Barba" Danolfo y su pareja Agustina, quienes compatieron una historia de vida muy dura y hoy recorren las calles con obras solidarias y transmiten esperanza con más de un millón de seguidores en la cuenta de TikTok del Proyecto Ser Humano,

Por Marisa Andino

Feb 16, 2024

Hernán Danolfo y su pareja Agustina son un ejemplo de resiliencia. De resurrección, podría decirse, porque él tiene el apodo de “El Barba” y ambos lograron salir de la oscuridad y encontrar el camino de la luz con la que hoy iluminan a millones de seguidores a través de las redes sociales, del Proyecto Ser Humano y en las calles de Buenos Aires, ya que además de ser vendedores ambulantes se caracterizan por sus múltiples acciomes solidarias, ayudar a la gente más necesitada y hacer regalos especiales como abrazos o incentivar a la gente a que llame a ese familiar que tanto ama pero que pocas veces, o nunca, se lo dice.

-¿Cómo surge esta historia de recorrer las calles y después comenzar preguntarle a la gente cosas que afloran todos sus sentimientos?

-Hernán:-Bueno, en realidad esto nace de nuestra historia de vida, creo que cuando uno toca a fondo, vive cosas terribles y logra salir empieza a ver la vida de otra forma. Nosotros nos conocimos por nuestra problemática de adicciones. Cuando ella llega al barrio, un familiar suyo vendía. Yo era adicto a la cocaína y así nos conocimos. Era cliente.

-Agustina: -Sí, era un buen cliente. Así nos conocimos, esta es una historia que no tendría que haber pasado, pero pasó.

Cuando te pasan cosas de chico te van marcando de grande, pero los dos pudieron superar ese mundo de adicciones.

-A: Sí, sí, obviamente cuando uno estaba dentro de esa situación, en mi caso, como él te cuenta, los dos, familias vulnerables, con un montón de situaciones. Yo también fue víctma de abuso sexual cuando era chica, muchas cosas que en la adolescencia me marcaron. Entonces, obviamente el mundo de la droga para mí era un escape, calculo que para él tamnbién. Pero cuando logramos salir, que siempre es a base de personas que te ayudan, que te dan una mano, vínculos que quizás no los encontrás en la familia, los encontrás en otros lados… Recuperarse que no es fácil, yo digo como que me despabilé, y cuando me despabilé entendí que no eso no era para mí.

-Bueno, ahí un poco empezó esta búsqueda de conectar con la sociedad. Y quién apareció en las vidas de ustedes para que se pudieron recuperar?

-A: En mi caso, a los 19 años quedamos embarazados de nuestra primera hija, Juana, que en principio al tercer mes de embarazo yo quería interrumpirlo porque donde vivíamos se llovía (sic), dormíamos en el piso en un colchón que literalmente era la goma espuma, no tenía ni siquiera la tela y tuve como… Yo siempre digo cinco segundos de lucidez en los que dije qué hago acá con este tipo, embarazada de tres meses… Y me vi como repitiendo la historia de la familia y lo que venía y como que me levanté. Eran las tres de la mañana, estaba drogado y le dije que si él no cambiaba a mí no me veía más y yo quería abortar. Cuando yo entendí que tenía una vida dentro de la panza, eso me mantuvo a salvo de consumir.

-¿No consumiste más?

-A: No, no. Es como que al principio sí consumí algo o todo, pero después empecé como a darme cuenta de que en realidad todo lo que yo consumía iba a ir a ese bebé.

-Fue algo natural que sucedió. Fue muy consciente, es el instinto maternal, el saber que tenés una vida dentro tuyo y que todo corre obviamente por el torrente sanguíneo, por todo el que puedes llegar a bebé. Muy consciente de parte tuya.

-A: Sí, a mí me pegó así. No quiere decir que me pudiera haber pegado de otra forma, también podría haber sido que lo siga haciendo sin ningún tipo de sensación. Yo creo que un adicto siempre quiere dejar, obvio.

-No sé si es obvio. No sé si todos quieren dejar. Vos en tu caso tuviste una motivación muy especial.

-H: Yo quería dejarme de drogar, pero bueno, no es fácil porque las adicciones tienen que ver con lo no hablado. Yo era una persona muy introvertida. Pero bueno, a los 18 años busqué ayuda y hablé con mi viejo que después me enteré que el día que yo le dije a mi viejo que me drogaba, que me quería internar. Después me enteré que mi viejo estaba drogado también y él se quería matar, pobre, porque dice mi hijo me está diciendo que necesita ayuda y yo estoy mal también. Tuve dos veces internado buscando ayuda. O sea, siempre quise salir.

-¡Qué bien! ¡Y salieron!

-H: Sí, el hecho de estar con Agus… Esta historia debería haber tenido un final feliz porque a muchos de mis amigos los mató la policía, fueron presos, se suicidaron, o algunos están locos. Muchos murieron de HIV, porque era una época donde se inyectaban. Y no había tanta información en ese entonces. Yo nunca me inyecté porque siempre a la jeringa le tuve un miedo tremendo. Y eso me salvó.

-Vos veías pasar todo esto y sabías son obviamente las consecuencias de una adicción pasada, pero lograron superarlo y tuviste a tu hija que hoy tiene 23 años.

-H: Obviamente fue un proceso. Estuvimos tres años sin vernos. Ella quedó como sola, como con una familia sustituta. Y por tres años no nos vimos. Tres años literal. En ese momento no había WhatsApp, no había nada. No había Instagram, nada. Era muy difícil comunicarse. No había nada. Telefono de línea nomás. Después de tres años de no vernos, me llamó por teléfono, nos vimos y así, en esa locura, porque yo estaba re mal, en esa locura nos fuimos a vivir juntos a una habitación en Pompeya en un colchón lleno de pulgas que se inundaba, teníamos una cocina ahí al lado, la mesa era una máquina, con una silla de madera, otra de plástico. Todos los inventos de muebles. Y ahí arrancamos.

-¿Cuándo comienzan a decir “bueno, che, tenemos que salir a laburar por nuestras hijas, vamos a hacer algo, vamos a salir a vender”? ¿Cuándo fue ese click?

-H: Siempre fui vendedor ambulante.

-¿Qué vendías? ¿Qué venden?

-H: Artículos de cuero, que los hacemos nosotros mismos y los mandamos a coser, siempre compramos la materia prima y mandamos a hacer… Billetera, cinturones…

-A: Pero cuando él era más chico ya era vendedor ambulantes y yo no. Me acoplé al trabajo, vendía de todo, a veces juguetes, herramientas, máquinas de cortar el pelo…


-Te salió el artesano y después a ambos…

-H: Ahora fabricamos algunas cosas y otras las compramos hechas y las salimos a vender negocio por negocio, a una venta mayorista. Y bueno, somos autónomos. Yo hace 25 años que no trabajo para nadie. Eso también me da la libertad de poder elegir cómo vivir. Vivimos tres años viajando.

-¿Y por dónde van? ¿Por dónde fueron? Recorriendo también para vender obviamente.

-H: Sí, un poco vendiendo, otro poco haciendo esto. Nosotros aparte de esto de los videos, porque tuvo un proceso hasta llegar a los videos, dábamos charlas voluntarias en en forma gratuita de prevención de adicciones. Eso genera muchas cosas y cuando viajamos nos ofrecemos voluntariamente a diferentes acciones. Estuvimos tres o cuatro meses en Calafate, con los bomberos voluntarios de ahí, estuvimos recorriendo la Argentina. Vamos a las escuelas rurales a dar charlas y también vendemos. Obviamente podés ser muy solidario, podés hacer todo voluntario, pero también tenés que comer. De golpe me ven dando una charla a una escuela y ofreciéndole cosas a un maestro… Nosotros por ahí somos como la punta de algo, somos como visibles, pero hay un equipo en la que se generó una red de comunidades de gente que nos ayuda y por ahí nos ven repartiendo cosas. La semana pasada repartimos 100 pantalones en la calle a la gente que duerme en la calle, pero no es que eran nuestros, una marca nos donó 100 pantalones. Entonces esta es una red en la que mucha gente colabora.

-Claro, bueno chicos, ustedes tienen casi un millón de seguidores, por lo que vi en TikTok y decís “guau”. ¿Cómo surge este proyecto de decir “che, vamos a salir a grabar”?

-H: Siempre lo hicimos desde generar contenido de las acciones que hacíamos, siempre lo hicimos. Pero el boom fue este, acá ahora con esto. Eso es lo que yo me imaginé. Cuando viene alguien a casa preguntó, no me gusta saber, pero cómo te sentís, como que siempre fui así de curioso, y como que me gusta escarbar y como que hablar profundo. Si viene alguien me gusta hablar sincero y profundo, entonces me gusta eso y esto fue como, bueno, vamos a llevar a la calle lo que yo soy de alguna forma, lo que somos. Para nosotros esto es una necesidad. Y una terapia. Nosotros nos podemos reivindicar. Por ejemplo, hace 10 días me escribe un hombre que nos dio una silla, es una cadena de favores. Me dio una silla para que ella pueda editar más cómoda. Y cuando la voy a buscar a Merlo, este hombre me dice ¿Sabes por qué te empecé a seguir a vos? Dice «yo hacía 15 años que estaba peleado con mi papá y con mi hermana. Y a partir de ver los videos dije ‘claro, ¿por qué no?’ Y los empecé a llamar».

-Es increíble que a través de un reel de un minuto y medio o de TikTok, que uno puede decir una red recontrafrívola o muy rápida o qué se yo, a través de un videito, una familia se reconcilia.

-H: Claro, la gente reflexiona. Y mucha gente me dice “ahora le estoy diciendo a mis hijos te amo, me animé”. Una persona me dijo “nunca le dije te amo a mi mamá, se lo dije por primera vez”. Y lo que es increíble, lo que más me asombra es cuando me dicen “gracias porque me hiciste llorar.

-Sí. increíble. Llorar te hace bien, es una necesidad llorar cuando estás mal por algo y es un desahogo. Y también el llanto es por alegría, no siempre por…

-H: Obviamente. Y también fue un desafío el poder llevar a la calle acciones que sean para todos, por ejemplo, nosotros en lo que es acciones sociales las venimos haciendo siempre. Ayudar al que nuestros ojos no ven, porque uno se cree que la necesidad está en el que vemos, en el que está durmiendo la calle. Hay gente que no está durmiendo en la calle pero su corazón quizás está igual que aquel que está en la calle. Entonces replicar acciones que nos sirvan a todos, al que tiene necesidad de una frazada y al resto también.

¿Y no fue tal vez por estos vídeos que ustedes imaginaron que o cuando se dieron cuenta que eran un boom, que la gente se emocionaba, ustedes me dijeron “bueno gracias a este video podemos hacer más acciones solidarias”? Porque ustedes evidentemente lo sienten. Toda la vida están muy comprometidos forma social, solidarios. ¿Se imaginaron que con esto podían llegar a ser incluso todavía más obras benéficas, porque en definitiva es así?

-H: No, en realidad nunca lo planificamos. Nosotros salimos a hacer lo que nos gusta. Hoy lo vemos con el diario de lunes, pero en ese momento no lo habíamos pensado. Hoy empezamos a ver la necesidad que hay, que es como vos dijiste, tiene que ver con lo que a mí me pasaba. Es evidente que no podemos hablar, es evidente que como sociedad no podemos expresar lo que de verdad sentimos. No poder decirle te amo a tu vieja o a tu viejo, a tus hijos. Claro, la realidad es que hay generaciones diferentes, generaciones de padres que nos amaban, nos adoraban pero eran más fríos en cuanto a si tenían que exponer o decir los sentimientos. Por eso hoy en día yo por ejemplo a mis hijos les digo todo el tiempo “te amo, te amo”.

-Evidentemente a ustedes les faltaron muchos abrazos, porque yo vi el cartel de que regalaban abrazos.

-H: Bueno, eso es increíble. Estás ahí, con los ojos vendados y viene gente que no sabes quiénes son, te abracen y te dicen cosas al oído, cosas lindas y cosas tristes. Y profundas. Pero yo después que termino de esa acción termino como extasiado, como con una alegría de recibir. En realidad sí tiene que ver con una necesidad nuestra. O sea yo pienso que cuando uno da, recibe y es un acto que muchos se creen como “mirá cuánto amor que tiene”. En realidad será mirá cuánto amor que necesita.

-Eso de mostrarte vulnerable y necesitado yo creo que eso es lo que hace que empatices con el otro. Sabés que hay una cosa que a mí me llamó la atención cuando veía tus videos y te estoy viendo ahora en estos momentos y cuando nos saludamos: estás siempre sonriendo, estás siempre con una sonrisa, incluso cuando hacés las preguntas estás sonriendo. ¿Siempre es así?

-H: Manejo una bipolaridad de a veces estar súper bien, pum para arriba, y a veces levantarse más frustrado y como decir bueno todas las herramientas que tenemos a veces no sirven ni para uno. Hay días que no me puedo levantar. Yo sufro de migrañas hace años. Ahora estoy con un tratamiento neurológico, tomando una medicación, pero sufro de migrañas que es tremendo. Y hay días que no me puedo levantar, literalmente, son las tres de la tarde y estoy acostado en mi cama con un dolor de cabeza tremendo. Y hay muchos días que también ella dice que vengo a la vida positiva. En realidad tengo los dos extremos, nunca en el medio. Siempre o todo bien o todo mal.

-No, no, no. Yo digo, o sea, ¿se puede decir estoy bien cuando a nuestro alrededor están mal, hay un montón de personas malas? O sea, ¿puedo decir estoy feliz cuando sé que mi comunidad hay un montón que están sufriendo, que no tienen para comer?

-H: Un montón de cosas, abusos, violencia. Entonces, creo que por eso nuestro Proyecto Ser Humano es estar unidos, porque algo pasó que nos desunió y vamos cada uno mirando su mundo y pasamos al lado de una señora pidiendo en la calle y nada nos conmueve. Entonces será por eso que la gente cuando me dice “gracias por hacerme llorar”.

-M: ¿Cuál fue la primera pregunta? ¿Se acuerdan de ese primer día?

-A: El primer día fue acá por el Obelisco.

-M: ¿Y a quién se acuerdan? ¿Y cuál fue la pregunta?

-A: La pregunta fue si fuera tu último día de vida, ¿a quién llamarías?

-H: Sí, creo que la primera pregunta fue si tenías a tus papás o si tenías a tus papás a tu mamá y cuánto hacía que no le decías que los amabas. Y la gran mayoría nos decía un montón. Pero ¿es la persona que más amas en este mundo? Sí. ¿Y cómo puede ser? Y ahí como que arrancó, me acuerdo que fue acá en Capital, íbamos parando gente, algunos se prestaban y otros no. Igual lo que nos llegó a darnos cuenta de eso fue el impacto de las redes, porque ahí es un termómetro de esa pregunta por ahí, esa persona generó algo, pero lo que generó a través de la pantalla fue lo que nos dio una intriga, de que hay algo que… Hasta hay algo que por acá tenemos que ir.

-Sí, acá hay algo que falta, algo que la gente necesita, ¿no? Y el TikTok, viste, que va subiendo, va subiendo, cada vez son más los seguidores. ¿Lloraron con alguna de las personas a la que les hicieron preguntas? ¿Quién lloró?

-A: Sí, yo. Re. Yo soy lloradora serial, siempre digo lo mismo. A veces nos pasó de encontrarnos con personas con situaciones duras, “¿a quién llamarías a tu papá para mandarlo a la…? Sí”. Y terminar el video y ponernos a hablar y contarles mi historia, de mis papás, lo que yo viví y llorar juntos con la persona, llorar con la alegría de personas que llaman a la mamá y la mamá o el papá o el familiar ponerse a llorar un montón.

-H: Yo que edito a veces, en el momento captando la imagen no lo vivo, pero cuando lo edito lo a veces lloro con los videos.

-A: Sí, sí, o contactarnos después por redes con las personas que van apareciendo porque siempre sucede un porcentaje se ve en las redes sociales y seguir por privado y hablar un montón.

-Creo que también a mí personalmente me da mucha alegría porque sé que ese llamado es como el principio de algo, que ese chico va a llegar a la casa y va a abrazar a su mamá.

-H: Bueno, hubo un chico de acá del centro que trabaja en el gobierno que llamó a la madre porque estaban peleados. Él estaba esperando que la madre lo llame y yo le digo “no te parece que sos vos el que tenés que genarar la iniciativa”. Y me dice “sí, tenés razón”. La llamó. Y hace poco lo encontramos y ese día se estaba por juntar con la madre, después de un montón iban a comer juntos.


-Ves, esas historias son parte de lo que generaron, chicos.

-H: Sí, es cierto. Después nos cuentan también profesoras de psicología que dicen que usan nuestros videos. Usan nuestros videos en la facultad para mostrar como… Trabajos prácticos. O muchos estudiantes de periodismo, ahora me escribió una chica de la facultad, dice que quiere venir a hacernos un reportaje porque quieren ver cómo hacemos.

-¿Los reconoce la gente por la calle ya?

-A: Sí, a él. A mí no. La barba, ja.

-H: Me da como una responsabilidad. Muchas veces estamos haciendo un trabajo y son, pero de verdad se frena uno y pide una foto, una foto, como que es demasiado, de verdad. Y yo le digo a ella qué responsabilidad que hay también, porque lamentablemente las redes sociales generan como ídolos, como que la gente se piensa que por ahí nosotros somos re buenos. Y en realidad no es así, porque es un video editado. Sí hay un corazón, de verdad hay un corazón, pero no somos eso que la gente ve. Somos una parte es eso. A veces me escriben cosas que son tremendas, durísimas o pedidos muy difíciles de uno poder alcanzar.

-O sea, necesitan tanta plata para una medicación o…

-No, pero la historia es que me hablan porque por ahí sienten empatía, sinceridad y me abren el corazón y me cuentan cosas que dicen nunca se lo conté a nadie. Y es como demasiado. Yo le digo a ella “mira lo que me dice esta chica…”.

-Por algo es, chicos. Están generando cosas muy lindas en el ser humano.

-A: A mí todo esto me llevó a involucrarme más, hice cursos, videollamadas con gente para escuchar. No soy buena hablando, pero sí para escuchar. Entonces, a veces con gente desconocida nos conectamos, hablamos. Obviamente con una conciencia de siempre aconsejo que vaya a ver un profesional, un psicólogo, lo que sea, siempre ésa es la opción. Pero hay gente que simplemente necesita que la escuchen y es hermoso el poder saber que uno puede dar aunque sea este granito a la sociedad.

-Una de las preguntas que ustedes hacían es ¿cuál fue el momento más feliz de tu vida? ¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida?

-A: Tuve varios, obviamente cuando nacieron mis hijas, cuando pude formar mi familia, pero creo que el momento más feliz de mi vida es cuando pude despabilarme de todo lo vivido y poder revertir esa situación para poder vivir yo y poder vivir para el otro. Creo que cuando me di cuenta que estaba con herramientas, empoderada, sana, que había perdonado, que había sanado un montón de situaciones, fue muy lindo para mí en ese momento de mi vida.

-Si tendrías que hacer un llamado, es el último llamado de tu vida, ¿a quién llamás?

-H: Siempre me lo preguntan y yo pienso que la llamaría a ella. Nosotros estamos muy unidos. Estamos hace 25 años muy unidos en este camino y creo que la llamaría a ella. A veces lo pienso y creo que haría una videollamada con ella y mis hijas. Eso sería lo mejor.

-Bueno chicos, son una pareja hermosísima. Los felicito porque están generando cosas muy lindas en el ser humano.

-H: Quiero decir una cosita más que me parece importante. Nosotros no queremos institucionalizar esto, no queremos que esto sea ni un edificio, ni una ONG, ni una institución. Un chico me trajo un montón de ropa porque me vio una remera de mozo cuando nos invitaron a la foto del bailando. Viste, fuimos ahí.

-¡No te puedo creer!

-H: Sí, estuvimos ahí con (Marcelo) Tinelli, le hicimos una nota a Tinelli. Estamos de una emoción a otra. Si mirás el Instagram, bueno.

-¿Y qué pasó con este chico de la ropa?

-Me trajo una bolsa de ropa y yo le dije “no te enojes, pero mira esta ropa, vos me la traes a mí… ¿Por qué no la das vos?”. Y él se quedó pensando y después mandó un mensaje y dice, “me volviste loco, ¿sabés qué, hermano? Conocí a un hombre en la calle que le di las zapatillas y me fui re contento por cómo me miró. Ahora conocí a uno que era payaso y no sé qué”. Ya él estaba reentusiasmado. Yo digo esto. Es muy fácil decir que tiene la culpa al gobierno, el otro… Es real que el Estado tiene una responsabilidad, pero hay cosas que…

-Creo que todos somos responsables, ¿no? Porque responsabilidad es la habilidad para responder y todos tenemos una habilidad para responder. Entonces, cada uno de nosotros puede cambiar el mundo a su alrededor, ¿no? Por ahí no vamos a cambiar el mundo, pero si vos y cada uno de los que están mirando dice, bueno, a ver mi entorno.

-H: Mirá, en una estación de servicio dormía un hombre… Jorgito, que toda la gente no miraba. Un día voy y hago un video con Jorgito. Y me escribe el sobrino de Jorgito que lo estaban buscando hace ocho años. Hoy Jorgito está viviendo con la familia.

-¿Algún proyecto, chicos, algo que tengan para más adelante?

-H: Sí, nosotros somos viajeros. Tenemos una camioneta que se hace de cama, tenemos la cocina y nuestra idea es hacer esto por toda la provincia, por toda la Argentina. Mucha gente nos dice, vengan para acá, vengan para allá… La gente dice que todo sucede en Buenos Aires, entonces… Otra vez lo mismo, desconcentrarnos.

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