Bob Gist y Brad Carlisle, dos amigos estadounidenses, salieron de paseo por Grenada Lake, sobre el río Misisipi. En un momento, oyeron ladridos y el rescate de una pareja de perritos se transformó en una tarea de salvataje compleja. Con la ayuda de un guía, lograron rescatar a 38 animales.
Al observar a los perros en el lago, el tercer hombre, que resultó clave, sugirió que debían verificar su estado. Cuando llegaron al lugar, se encontraron con numerosos perros de caza, claramente identificables por sus costosos collares de radio GPS, nadando desorientados y exhaustos, sin poder ver la orilla en ninguna dirección.
Los tres muchachos no dudaron en comenzar el rescate, subiendo a los perros al bote para evitar que se ahogaran. El pequeño bote se llenó rápidamente, obligándolos a realizar varios viajes para llevar a los animales a tierra firme.
Los perros formaban parte de una caza anual de zorros, un evento común en la región. Durante la caza, los perros persiguen a los zorros, y en esta ocasión, se habían desviado para seguir a un ciervo que se aventuró al agua, llevándolos a una situación peligrosa.
El guía, Jordan Chrestman, fue ampliamente reconocido por su rápida acción y liderazgo durante el rescate. A pesar de que los dueños de los perros intentaron recompensarlo, Chrestman se negó a aceptar cualquier pago, destacando su carácter desinteresado.