Reír sana, hace bien, es parte del desarrollo y del bienestar de los seres humanos. Hoy se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una fecha simbólica que recalca uno de los estados de ánimo más placenteros.
A la vez, también celebra la inclusión y que, por lo tanto, exige que todos los gobiernos del mundo lo tengan presente como parte de sus políticas sociales y económicas, para que de esta forma pueda existir una verdadera equidad y bienestar colectivo.
Si bien la ONU es quien oficializa el festejo, la historia tiene más de 40 años. Es que el rey de Bután -pequeño país al sur de Asia-, hace dos décadas impuso la filosofía de que su gobierno se basara en la felicidad de sus súbditos y así creó el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB).
En la actualidad, internacionalmente, este funciona como indicador de nivel de vida y se calcula midiendo nueve puntos: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el gobierno. Es importante destacar que la felicidad es un derecho universal a pesar de que, muchas veces, sea tan difícil de alcanzar.
Los países más felices
Según el Informe Mundial sobre la Felicidad, también elaborado por la ONU hace dos años, Finlandia, Dinamarca y Noruega -los países nórdicos del Viejo Continente- se quedan con los primeros puestos. A estos les siguen varios europeos como Islandia, los Países Bajos, Suiza, Austria y Suecia; junto con Canadá (América del Norte) y Nueva Zelanda (Oceanía).
¿Y Argentina? Frente a las crisis cíclicas en relación a la economía y a los fuertes cambios de gobierno, que dejan a la vista una fuerte inestabilidad, las personas viven en una gran incertidumbre. Tal es así que la ONU ubica a nuestro país en el puesto 47 luego de encontrarse entre los primeros 30 durante años anteriores.