Fue la transacción perfecta. Maryline, una mujer de 74 años, puso el cartel de venta de su casa en Francia, apretada por deudas y una orden de desalojo. Los nuevos compradores pusieron una condición, que la abuela se quede a vivir en el mismo lugar.
La señora se encontró con las personas indicadas. Grégory y Jean dieron curso a todos los pasos para la transacción de la vivienda ubicada en Mayenne, Francia. Y de inmediato, oyeron la historia de Maryline.
La casa fue habitada en 1972 y desde ese momento, fue el nido de las distintas generaciones de la familia. En el momento de escuchar el relato, los nuevos propietarios ni lo dudaron: la mujer sería, desde ese momento, la tercera integrante del hogar. De su hogar.
Es que ahí mismo, en esa finca, “Mary” formó su familia, crio nietos y en 2018 quedó viuda. Desde ahí, no pudo hacerle frente a los gastos y por urgencia, se dispuso a abandonar el lugar. Pero al final, la historia tuvo un final feliz con la aparición la pareja.
“No podíamos imaginar decir gracias y adiós, te vas de un día para otro. Pensamos que lo único que teníamos que hacer era ofrecerle quedarse allí”, admitieron los nuevos dueños. La noticia se replicó por todo el pueblo y la mujer, de inmediato, volvió a mandar a decorar la casa como en sus mejores épocas.