Alejandro Monno, el stripper que se recibió en dos carreras universitarias y hoy ayuda a emprendedores en sus redes sociales

Nació en Lomas de Zamora, creció en Lanús y trabajó en España y Estados Unidos. Luego de hacerse conocido en el mundo de la noche y de coquetear con el espectáculo argentino, decidió aprovechar su masividad en las redes sociales para visibilizar el trabajo de los emprendedores nacionales.

Por Lucas Torretta

Mar 27, 2024

Mientras hay personas en el mundo que quieren lograr cierto estatus en las redes sociales para beneficiarse a sí mismas, existe gente que utiliza su fama para hacerle un bien a la sociedad y ayudar a los ciudadanos que más lo necesitan.

Este es el caso de Alejandro Monno, un hombre nacido en Lomas de Zamora y criado en Lanús que logró hacerse conocido gracias a sus trabajos como stripper en la Ciudad de Buenos Aires, España y Estados Unidos. Aprovechando la enorme cantidad de seguidores que consiguió en el universo virtual con el correr de los años, decidió visibilizar a los emprendedores argentinos para que puedan crecer en sus proyectos.

Además de poder hacer una carrera como modelo y bailarín de la noche, se recibió como contador y licenciado en administración de empresas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Al mismo tiempo que transcurría su vida, intentó meterse de lleno en el espectáculo nacional haciendo tres castings para ingresar a Gran Hermano. Hoy, con más de 600 mil seguidores en su cuenta de Instagram, Alejandro cuenta su historia en esta entrevista con ADN+.

 

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-¿Cómo surgió la idea de visibilizar a los emprendedores en tus redes sociales?

-Intenté entrar a Gran Hermano en 2007 y 2011, pero me dejaron suplente. En 2007 me fui a España y participé durante tres años haciendo shows, con los que me pude comprar tres departamentos y pude hacer una diferencia económica. Después, en 2011 apunté a Estados Unidos y ahí me fue de forma exitosa. En 2023 me anoté y les dije que mi sueño era quedar en GH para poder tener más alcance y más seguidores para ayudar a los emprendedores y a los refugios de animales. No necesito el dinero, porque ya lo hice en el exterior. Y como estoy agradecido con la Argentina porque me dio dos títulos profesionales, quiero devolverle algo de lo que me dio. Pero se ve que a la producción del programa no le sirvo porque soy bastante inteligente o soy bastante estúpido para ellos. Gracias a los rechazos me rehíce y estoy donde estoy. Por cada caída, me vuelvo a levantar. No importa las veces que te caigas, sino las que te levantes. Entonces decidí ayudar a los emprendedores, porque son el motor del país y porque vi grandes ideas, pero las grandes ideas fracasan porque no aguantan la presión y Argentina es un país bajo presión.

-Aproximadamente, ¿cuántas personas te mandan sus proyectos para que los ayudes?

-Desde que comencé, aproximadamente mil emprendedores me mandaron sus proyectos. Todos tienen ideas extraordinarias para llevar a cabo, pero la presión que te da Argentina es terrible, porque es muy inestable y no sabes hacia donde vas. Yo publico en mis historias y ellos publican en las suyas. Es importante que emprendedores y no emprendedores estén en una misma línea. He publicado a Claudio, que es un herrero, he publicado a Mercedes, que hace torta fritas congeladas en Lomas del Mirador, he publicado a Mauro, que es dueño de la pizza más hot, he publicado a masajistas y depiladores. Todos tienen la misma capacidad para publicar en sus historias, y muchos de ellos donan premios. Lo más interesante de todo lo que sucede es que gente que no tiene un emprendimiento, que tienen cosas nuevas y sin usar en su casa, me las están dando para sortear. Es algo impresionante. Eso es lo que más me emociona, yo me siento muy feliz con eso.

-¿Te sentís identificado con esas personas?

-Sí, claramente. Yo tuve un emprendimiento de fabricación y venta de calzoncillos, donde le di trabajo a 20 personas, porque tercerizaba tela, corte, confección y elástico. Y me terminé fundiendo, porque cuando llevaba los productos a los locales para que me conozcan me pedían que me anote en la AFIP y todo eso. ¿Cómo me vas a pedir que arranque pagando para algo que no se si va a funcionar? Dame un año de gracia. Entonces sí, me siento identificado con ellos. No quiero que les pase lo mismo que me pasó a mí. Yo se que muchos de ellos se sienten frustrados y les cuesta levantar la cabeza, pero tienen que seguir adelante. Hay que modificar las leyes para que los emprendedores sean el motor de la Argentina.

-A tu hijo de nueve años le das ejemplo con las carreras que estudiaste y la cultura del trabajo, ¿es importante para vos que sepa lo que es el sacrificio?

-Es importante que él aprenda lo que cuesta ganarse el dinero. Que nada es gratis y que hay que trabajar para ganarlo. Por más que el ya tenga acomodada su vida, es la única manera que tengo de pasarle buenos valores. Tiene que trabajar y usar su cabeza. Puede trabajar de lo que sea, no me importa, pero tiene que trabajar. La cultura del trabajo es un comodín en la vida. Es lo más importante y es lo que te da la dignidad. Él tiene que aprender eso. Por eso, Alessandro va a participar de algunas visitas que le hago a los emprendedores para ver cómo lo hacen y para que empiece a involucrarse en su cabeza lo que es la cultura del trabajo y lo que significa el sacrificio. Yo admiro a todos los trabajadores argentinos que salen adelante y, especialmente, a todos los que emprenden. Hay miles y miles ocultos. Desde el momento de la pandemia, surgieron emprendimientos de todos los estilos y asombrosos.

-¿Cómo te puede contactar alguien que necesita promocionar su trabajo?

-Me conectan a través de mi Instagram @alejandromonno, sea o no emprendedor. Que me manden un mensaje para participar de los sorteos de los martes y domingos, que son gratis para todo el mundo. Todo lo que hago es gratis.

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