Mariano Ferreyra y Cecilia Fornieles tuvieron un quiebre en 2010, ese año descubrieron que su hija Joaquina padecía parálisis cerebral. Luego de un largo derrotero por distintos centros médicos, descubrieron la equinoterapia y después de 9 años, crearon un espacio solidario en Pilar para ayudar a los más chicos que sufren este problema y que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
La vida de Joaquina y de sus padres cambió con las primeras clases junto a los caballos. La niña tomó clases semanales y tuvo grandes avances en su motricidad y en el manejo de su cuerpo. La maestra y la kinesióloga no lo podían creer.
Tres años después nació la segunda hija de la pareja, Damasia. “Fue el momento en el que nos propusimos tener un espacio para que Joaquina y otros chicos en situaciones parecidas puedan tener un lugar para realizar equinoterapia. Pero también para tener un tratamiento integral con el resto de las actividades necesarias que incluyan a toda la familia”, sostuvo Cecilia.
Así, con aportes benéficos, nació “El Granero”. Además de brindar un espacio para los chicos con parálisis cerebral, también se enfoca en brindar planes terapéuticos para niños que sufren algún trastorno del espectro autista con el vínculo del chico y el animal como eje. “Los caballos no juzgan, ni miran diferente a los chicos. Eso lo notan. Muchas veces los padres o familiares tenemos una mirada diferente con ellos, aún con las mejores intenciones. Esto no sucede con los animales. Eso hace que se sientan muy cómodos en la terapia”, expresó Mariano.
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Los ejemplos de avances abundaron desde el comienzo: chicos que comenzaron a hablar y comunicarse con sus familiares; otros que comenzaron a desarrollar sus tareas cotidianas sin obstáculos y otros tantos lograron elasticidad gracias a la rutina de los paseos.
Técnicamente, la cabalgata estimula al niño, que siente el movimiento en su pelvis como si estuviera caminando. Además, es un buen ejercicio para las piernas y para mantener el tronco erguido. Además, se ofrecen tratamientos integrales de fonoaudiología, psicología, musicoterapia y muchas disciplinas más para familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad y que no pueden pagar el tratamiento.