Además de ser una actriz extraordinaria, una mujer bellísima y tener la mejor voz del mundo, Graciela Borges posee una carrera artística impresionante, tiene el reconocimiento de la crítica, la admiración del público y el amor de sus seguidores. Es madre, abuela, tuvo amores memorables, hizo películas exitosas, profundas y divertidas, fue la actriz argentina favorita de Fidel Castro, Jorge Luis Borges le regaló su apellido y recorrió Europa con su esposo Juan Manuel Bordeu al lado del enorme Juan Manuel Fangio, donde conoció desde la realeza hasta Salvador Dalí. Una vida de película la de la actriz total del cine argentino, la película sin fin de Graciela Borges, que sale esplendida de una charla en el marco del Festival de Cine de Mar del Plata en el centro cultural Chauvin, y saluda a ADN+ para contarle de su vida salpicada entre Mar del Plata y su Buenos Aires querida.
“¿Una película sobre mi vida?”, nos pregunta sorprendida pero humilde, y responde que no, que no hace falta. “Creo que no, es lo mismo cuando me preguntan si escribiría un libro: son tantas y tantas cosas las que he vivido pero yo soy muy pudorosa porque hay una parte secreta de la que una tiene los sentimientos muy altos, ¿viste? Hay una frase que me define: ‘Solo recuerdo la emoción de las cosas’ y no sé si tengo ganas de publicarlo”.
La sala en la que brinda la conferencia en el contexto de “Charlas con maestras” del Festival está colmada de gente, sentada o parada donde puede, para escuchar a la actriz de “El infierno tan temido”, “Pubis angelical”, “El espejo de los otros”, “Viudas”, “La ciénaga” o “El cuento de las comadrejas”, entre tantísimas peliculas de nuestra historia filmica. Y la pregunta se enfoca a partir del disfrute en un trabajo rodeado de fantasía por parte del público pero con una realidad bastante distinta.
“Si vos me preguntás si gocé mucho (en el cine), no, la verdad que no: hay que decir la verdad, en algunos momentos, en algunos instantes, en pequeños momentos de algunas películas que me han gustado mucho he sido muy feliz. Por ejemplo, he sido muy feliz con una película que filmó (Marcos) Carnevale, Viudas, una película preciosa en la que trabajó Martín Bossi. Nos moríamos de risa. Valeria Bertuchelli tiene un don fantástico, imita a actrices que no nos gustan mucho, ‘te voy a hacer a fulana’ me decía y te morías de risa”, detalló.
A pesar de esos momentos “de comunión”, tal como los llamó, entre colegas y técnicos –“siempre me siento a comer con los técnicos”, dijo- entendió que el cine “es muy cansador”. Y siguió: “Hay que tener mucho fervor y mucha paciencia. La gente cree esa historia de Hollywood, cree que estamos entre almohadones comiendo chupetines y ‘Señora Borges, haga tal escena’. No, yo trabajé con tuberculosis cuando tenía 16 años”.
Nunca falta el humor cuando habla Graciela, y consultada por su vida de película y sus anécdoas, se detiene en una particular. “Estábamos en Lasserre (un restaurante parisino), el Chueco Fangio en el medio, yo a su derecha y Juan Manuel Bordeu a la izquierda. Veo por la puerta entrar a Dalí y a Cocó Chanel. Y Dalí, lo juro por mi nieta, dice ‘Oh, el gran Chueco’. Yo vi que Fangio no tenía idea de quien era, entonces vi que Bordeu se acercaba y le decía algo, mientras Dalí se nos aproximaba diciendo ‘Hombre, qué placer estar aquí, por fin te conozco’. El Chueco Fangio lo miró a Dalí y le dijo ‘Acá me dice Bordeu que vos pintás’”, recordó entre estallidos de risa una Graciela tan cálida como amorosa.
Entonces ADN+ le pregunta por qué Mar del Plata, por qué la eligió para venirse a vivir, si acaso fuera correcto afirmar eso. “No, la gente cree que me vine a vivir acá pero la verdad es que quiero venir el tiempo que tengo ganas, disfrutar sin tiempo de una ciudad maravillosa. A mí me encanta Buenos Aires pero es la ciudad de la locura. Es tan lindo estar acá, mirar el mar, pensar en muchas cosas y agradecer y compartir”.
Y cuando le contamos del nacimiento de ADN+, del propósito de nuestro medio, se entusiasma. “Está buena la vida y enfocarse en las cosas buenas, pasa el tiempo y una dice ‘bueno, caminé mucho, alguna vez me equivoqué, otras no pero fueron muchas cosas las que he logrado: mis amigos, el afecto, el amor, la famiilia, la gente que uno ha podido amar, la gente que no lo ha amado a una, gente que se ha ido pero que sabe que nos hemos amado, en fin una vida que intento celebrar todo el tiempo que puedo”.
