Es argentino y diseña trajes para la NASA

Pablo De León lleva más de la mitad de su vida en Estados Unidos diseñando uniformes especiales. Además, dirigió una misión que voló al espacio con experimentos de nuestro país.

Por Jonatan Pedernera

Mar 25, 2023

Es 20 de julio de 1969, el hombre llega a la Luna y las imágenes de los astronautas, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, dan vuelta al mundo, una y otra vez. En la campestre Cañuelas de la época, el niño Pablo De León empieza a tornear la idea de fabricar trajes espaciales con las cajas de cartón que sobran de las galletitas, unos años más tarde, comienza con los lanzamientos de cohetes a baja altura desde el patio de su casa y continúa con la incursión  en el club de planeadores.

De León, en medio de una prueba de rutina.

En ese hábitat, Pablo forjó su interés por los temas espaciales y le dio vuelo a una carrera que traspasó las fronteras, mejor dicho, el planeta. Con una amplia vocación, formación y trayectoria, el muchacho llegó a Estados Unidos, donde desarrolló gran parte de su carrera espacial al servicio de la NASA, nada más y nada menos. Actualmente dirige el Laboratorio de Vuelos Espaciales Tripulados de la Universidad North Dakota, desde ese lugar, diseñó un traje impreso en 3D que será fundamental en las próximas misiones a Marte. Y entre varios de los proyectos de De León, aparece el de contar con un propio museo en Argentina. De hecho, 12 de abril coordinará el 12° Congreso Argentino de Tecnología Espacial, que se llevará a cabo en Mendoza.

Desde muy chico se interesó por temas espaciales en su casa en Cañuelas.

Entre mate y pausa en el trabajo, el Ingeniero Aeroespacial de 57 años, con posgrado en Ciencias del Espacio y doctorado en Historia de la Ciencia y la Tecnología, atiende a ADN+ desde el Centro Espacial Kennedy, mientras aguarda por el regreso a su hogar, ubicado en Cabo Cañaveral, el lugar por excelencia para las principales actividades espaciales desde 1950.

-Creciste en los 60, en una época muy rica para los asuntos del espacio, ¿no? 

-Si, fue así. Fue una etapa donde hubo lugar para los vuelos de los programas Mercury, Gemini y Apollo, que llevó a los astronautas a la luna. A pesar de que yo era muy chico, consumía los diarios, revistas y los dibujitos animados, que en ese momento hacían referencia a la temática de cohetes. ¡Hasta al Largarto Juancho le hablaban del espacio y vivía en Cabo Cañaveral, je!

-¿Cómo se vive a la distancia? 

-Se vive raro, ya que llevo más de la mitad de mi vida en Estados Unidos pero mantengo las costumbres argentinas y hasta los horarios, ya que cenamos a las 21, algo que acá ocurre por la tarde. Con mi mujer vemos todos los programas de Argentina y leemos todo de manera digital.

-¿Qué significa en tu materia diseñar trajes? 

-Es algo muy complejo, siempre me interesó el tema de cómo una simple indumentaria pueda proteger a un astronauta de un clima tan hostil,  donde hay vacío, temperaturas extremas, radiación, etc. En realidad un traje espacial es una máquina, una pieza de energía y su confección es muy minuciosa.

-¿Te encontrás trabajando en algún proyecto concreto actualmente? 

-Sí, uno de ellos es un prototipo de un traje espacial que utiliza tecnología 3D, son unos sistemas que estamos desarrollando que imprime material flexible. Una de las ventajas es que en el día de mañana, los astronautas van a poder llevar estas impresoras al lugar donde viajen, a la luna o a marte, e imprimir partes específicas para continuar la tarea. Este avance disminuye la dependencia con la tierra, a medida de que la NASA se va alejando de la órbita, necesita trajes más independientes.

-¿En qué momento de la historia nos encontramos de cara a lo que se habla sobre los viajes al espacio? 

-Estamos en un momento de renacimiento de las actividades espaciales, ya que varias empresas están revolucionado el espacio y en unos años vamos a vivir un verdadero cambio. Estamos volviendo a la luna después de 50 años, estamos pensando en la expedición tripulada al planeta Marte, es un momento maravilloso en la historia humana.

En plena acción, supervisando el lanzamiento del Artemis.

-¿Qué pensás de la guerra y la carrera incansable en los avances tecnológicos? 

-Son dos cosas diferentes, el conflicto bélico es un paso atrás y me preocupa. Rusia es un país pionero en la actividad espacial y que haya una invasión, con tantas pérdidas humanas, me entristece. La ciencia y la tecnología están para ayudar a la humanidad y que la gente viva mejor, más saludable y con mejores recursos, no para fabricar armas, van por carriles separados. Hace un par de años firmé el “Juramento Buenos Aires”, donde varios científicos e ingenieros se comprometían a no trabajar en todo lo relativo a usos militares. Ninguno de mis inventos se han utilizado para esos propósitos.

-Te encargaste de dirigir una misión con experimentos argentinos, ¿qué llevaron? 

-Sí, ocurrió en el 2001 y se llamó el proyecto PADE (Paquete Argentino de Experimentos). Fueron siete ideas argentinas proporcionadas por universidades argentinas y las llevamos en el transbordador espacial Endeavur, en la misión STS108. Fue el primer conjunto de experimentos argentinos que voló al espacio y fue un éxito. Viajaron varios inventos, tales como, fluidos, cristales, un registrador de aceleraciones máximas, entre otras cosas. Sentí un gran orgullo y lo hicimos a pulmón, sin apoyo gubernamental.

-Entre los hispanos y los colegas del mundo, ¿qué ven de nuestro país? 

-Cuando llegué a EEUU había una idea de que Argentina era diferente al resto de los países de Latinoamérica por la cultura de su gente, por su educación, por la arquitectura, por sus músicos, etc. En este último tiempo, en esa percepción, nuestro país cayó unos cuantos puntos y nos tienen como otro país del continente, Colombia o Perú, por ejemplo. Lamentablemente, Argentina ha salido de esa categoría especial que tenía aspiraciones diferentes. Y en el caso de Norteamérica, ni siquiera tenemos en común el fanatismo por el fútbol, conocen a Messi hasta ahí nomás…

-¿Tenés algún sueño? 

-Sí, tengo muchos y varios de ellos incluyen a la Argentina. Hace muchos años que vengo peleando para establecer un Museo Argentino del Espacio. Me encantaría que los chicos tengan un lugar para visitar y aprender más de los temas espaciales e interesarse en Ciencia y Tecnología para despertar el interés de los más jóvenes. En dos semanas estaré ahí para dirigir el CATE, donde estarán varios profesionales e intercambiaremos experiencias sobre los trabajos que se están haciendo de tecnología espacial.

 

En uno de sus primeros trabajos, con la bandera argentina.

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