Vélez volvió a ser Vélez: superó la angustia y hoy es el mejor equipo del país

Es el que más goles tiene, el que más gana y el que más brillo deja ver. Después de haber quedado al borde del descenso y con problemas extrafutbolísticos, en Liniers dieron vuelta la historia para volver a transformarse en el equiopo del momento, sostenido por muchos juveniles formados en el club.

Por Cholo Sottile

Ago 28, 2024

El fútbol argentino es competitivo, pasional, impredecible, impaciente, histérico. Y cambiante. Por la irregularidad de su juego, porque cualquiera le gana a cualquiera, por los jugadores que se van a toda velocidad, es difícil tener equipos que se sostengan en un alto nivel un tiempo pronunciado. Es una Copa, un torneo. O a veces un mes. Le pasó al Boca de Diego Martínez, que un segmento del año le ganó en cadena a River, Racing y San Lorenzo con una identidad de juego que se llevó el aplauso. Ese andar se desvaneció por diversos motivos y el entrenador padece un presente que lo lleva al partido a partido para conservar su futuro. Allí aparece hoy Vélez, con perfil bajo y vuelo alto.

Después del parate por la Copa América, con una pretemporada en el medio, es el mejor equipo del fútbol argentino en lo que va del campeonato. Es el que más goles tiene, el que más gana y el que más brillo deja ver. No sólo es puntero con Huracán, si no que hizo fuerte su localía en su hermosa cancha y tiene un 11 que sale casi de memoria. El elogio se potencia cuando se va un poco más allá de la foto y se repasa la película. Al ver de dónde viene. El año pasado, el club modelo caminó peligrosamente por la cornisa. El escudo orgulloso de haber sido campeón del mundo contra el Milan, el que tiene en la entrada la estatua de Chilavert y el póster de ese equipo glorioso, peleó por no descender. El Gallego Méndez, un pibe en ese plantel de mediados de los 90, soportó el insulto eterno de la gente de Unión por abandonarlo para ir a ayudar a su Vélez. Sentía que debía mostrar su pertenencia en una coyuntura que se había devorado a un entrenador ídolo como Gareca y rozaba el lustre de Christian Bassedas ya en su rol de manager. Hubo angustia, con pibes como Valentín Gómez, Santi Castro y Gianluca Prestianni que dieron la cara en medio de los insultos, de aprietes de la barra. Vélez se salvó, lloró de alegría. Y este año volvió al lugar que le corresponde. Le faltó un pasito para ser campeón contra Estudiantes.

No fue sencillo ni poco traumático. Adentro de la cancha el despertador sonó con un 0-5 con River en el Monumental que pudo ser el principio del fin. O de la unión… Y afuera, con una situación horrible, con cuatro jugadores envueltos en un caso de abuso sexual a una periodista después de un partido en Tucumán. El club, su nueva dirigencia con Fabián Berlanga como autoridad principal, no titubeó: separó rápidamente a los futbolistas y se puso a disposición de la Justicia. Gustavo Quinteros, el gerente del grupo, habló con sus jugadores para cuidar el ambiente grupal y manejar la situación. El mismo perfil que manejó Ricky Alvarez, el zurdo ex jugador del equipo que se convirtió en Director Deportivo.

Las energías, más allá del malestar interno, se enfocaron en el juego. El equipo empezó a crecer. Fue de menor a mayor, primero con puntos y poco a poco con el juego. Se clasificó en la Copa de la Liga por una combinación de resultados en la última fecha. Después, en los mata a mata, soportó expulsiones que otra vez lo fortificaron y pasó a Godoy Cruz y Argentinos Juniors. En esos partidos tuvo orden táctico, sacrificio, contundencia en las pocas jugadas en las que pudo atacar y carácter en los penales. Hasta que llegó su mejor juego. Fue superior a Estudiantes en la final a partido único en Santiago del Estero. Fundamentalmente en el inicio del partido. En el alargue, después del 1-1, cuando parecía que se iban a imponer los pibes de Vélez fueron mejores los creativos experimentados del rival. Se llegó a los penales, en Vélez falló un chico de 17 años y la Copa se fue a La Plata. El mérito del Pincha fue estar siempre en partido y aprovechar el error de Boca para eliminarlo en semi por penales.

El presagio pesimista podía inferir que le iba costar a Vélez volver a ese nivel. La Copa otorga chances distintas a un torneo largo: se juega en dos zonas y se clasifican cuatro equipos de catorce. Después, en tres partidos mano a mano se puede ser campeón. Pero no fue un equipo de una racha. Al contrario. Quinteros cambió la mirada con desconocimiento del hincha por el aplauso en cada partido. Le gritan «es el equipo del Profesor». Sin estridencias en su perfil ni en sus búsquedas tácticas, el ex marcador central armó un Vélez que sale casi de memoria y se potenciaron los jugadores. Marchiori es el arquero, el que más seguridad da bajo los tres palos en los últimos tiempos, donde no se pudieron hacer indiscutibles Hoyos, Burián ni Chila Gómez. Tan cambiante fue el arco que se jugó los partidos clave del año pasado con un pibe como Garzón. La línea de 4 también tiene niveles altos de Joaquín García, el lateral de los Juegos Olímpicos; Mammana, otra vez en buen nivel; Valentín Gómez, el zurdo de 21 años que quisieron River y Boca, el que increíblemente se cayó su pase al Palermo por una supuesta lesión que no le quitó ni un partido a su vuelta; y Elías Gómez, un 3 de los que atacan.

Ahí hubo relevos que han sido titulares como Damián Fernández, Guidara y Pernicone. El doble 5 es muy del DT: el tractor Ordoñez, otro chico de 20 años de La Fábrica, y el Chiqui Bouzat, que hacía toda la banda con Heinze y ahora, por dentro, es el capitán y uno de los jugadores más queridos. Unos metros más adelante, las diagonales de Pizzini por la derecha, Aquino como enlace para ratificar la idea de que fue el mejor refuerzo del año pasado y Thiago Fernández volando por la izquierda. El delantero de 20 años es uno de los jugadores más desequilibrantes del campeonato. Y el 9 es Brian Romero, que a su sacrificio le agregó hasta un gol de taco con Barracas. Con Michael Santos como relevo estelar. Podrá alcanzar o no. Pero ya logró un concepto que va más allá del final: Vélez volvió a ser Vélez.

Cholo Sottile

Cholo Sottile es periodista deportivo con 30 años en los medios. Actualmente es columnista en F90 y Equipo F, por ESPN. Su carrera arrancó en la grafica, en Clarín Deportes. Y trabajó más de 20 años en Olé, donde inició la aventura del primer diario deportivo de la Argentina. Cubrió 5 Mundiales entre cientos de eventos, donde realizó recordadas entrevistas con Maradona, Messi y los grandes personajes del mundo del fútbol. Escribió el primer libro en el país del capitán de la Selección: “Messi, el distinto”.

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